¿Existe mayor placer que oír diluviar fuera mientras estás en la cama y sabes que no tienes ni que levantarte ni que salir?
La verdad que después de la pingadura de ayer, del frío y de la ducha de agua helada (lo único que le diría a la organización que deberían solucionar… Que haya agua caliente para ducharse), además del cansancio general, presta tener un día de relax antes de ir a currar mañana. ¿Por qué no haran más carreras los sábados?
Más relajada ya, mi resumen de la carrera de ayer es que fue muy dura, y a la par muy divertida. En el fondo me pase media carrera riéndome… Tenemos anécdotas de todo tipo. Desde un chico que me parecía guapete en la salida y le tiró, más tarde, los trastos a Pablo, hasta la Guardia Civil diciéndome que soltara mis palos y yo que iba a ser que no… Vamos que si me hubieras preguntado en el momento de congelación en las antenas si repetiré el año que viene, te habría dicho que no. Ahora ya, no lo tengo tan claro.
Una de las cosas que más me gusta de las carreras, no es solo la pertenencia a un equipo, sino ese espíritu de camaradería que se crea al ponernos todos la misma camiseta. Igual es que como nunca he sido futbolera, nunca he sentido los colores, pero por fin empiezo a entenderlo. 🙂 (Mi camiseta azul ¡estaba bajo el chubas!).
Además, si algo me demuestran las carreras de montaña, los entrenos y el deporte en general, es el buen rollito que existe, y al final, acabas haciendo amigos en todos lados.
Y por supuesto, sufriremos más o sufriremos menos, pero lo que no puede faltar es una buena celebración postcarrera.
Empieza la temporada, y qué bien lo vamos a pasar.
¿¿¿No tienes chubasquero de Toscaf??? No vas nada combinada ¬¬
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